viernes, 19 de diciembre de 2014

LAC DE LA ROSIERE, COURCHEVEL, FRANCIA

Cómo llegar al Lago de la Rosière siguiendo las instrucciones de un amigo argentino  

Mi amigo-excursionista me dijo: "eso es un paseo re tranquilo de una media hora,  salí tipo 11". Y a esa hora salí de Bozel, el pueblo donde me estoy quedando, que está en un valle en la base de la montaña donde está Courchevel, aproximadamente a unos 800 metros sobre el nivel del mar.
La realidad fue que llegué al lago dos horas más tarde...
Mi amigo-excursionista me dijo: "La ruta es fácil, no te podés perder, imposible, todos los caminos llegan al lago".
Me perdí...
Empecé a caminar buscando cruzar el puente sobre el río Doron de Bozel,  y llegué a Les Moulins un pueblito de montaña que me animó a empezar a tomar fotos; llevaba como 5 minutos caminando y pensé que me faltaba poco (ilusa).  Luego atravesé el segundo río, según instrucciones y  no tuve dudas de estar por la via correcta. Caminé un rato, distraída, hasta que aparecieron bifurcaciones y sin pensarlo dos veces escogí la más ancha y más demarcada; me sentía más segura, en especial porque solo iba acompañada de mi perro. Me pareció super empinada la subida. Ya no sentía tan amigo a mi amigo que me habló de hacer un "paseo" al lago y nunca de "ejercicio cardio-fitness total", pero estaba decidida, y animada por el contacto con la naturaleza del lugar (en ese momento fue que me encontré al zorrito de la foto de más abajo). 
Un poco más adelante apareció un letrero que decía Saint-Bon. "Ese pueblo lo conozco y no está en mi dirección", pensé.  Había tomado el camino equivocado!! Empezaba a sacar cuentas del tiempo. No tenia ni media hora, asi que seguí hasta el pueblo, pero ahí se acabaron los senderos. Estaba  desorientada.
Decidí dar la vuelta completamente y adentrarme en el bosque. Un camino de total incertidumbre, pero estaba negada al fracaso. Otra vez caminé en su-bi-da, casi escalé, hasta que de repente el camino se convirtió en una carretera de tierra y despues un pueblo: La Jairaz. Lo pasé de largo sin parar a preguntar y seguí hasta llegar de nuevo al bosque. 
Qué felicidad puede dar un aviso o un cartel de orientación! De repente podía leer escrito sobre el pequeño letrero de madera: Lac de la Rosiere. Pensé: quedará lejos, pero por aqui es. El problema fue que no era lejos, era lejisimo!! subía y subía y salvo disfrutar de la belleza del paisaje y del caudaloso río que bajaba a mi lado, no llegaba a ningún lado.
Algo más que debió decirme mi experto amigo excursionista: "Che, no vayas sola! Podés sentirte perdida y con ansiedad, además el camino está re desolado, especialmente en invierno sube poca gente..."
De esto me di cuenta cuando llevaba como una hora y media caminando sin parar.
Ya me estaba desesperando!!! pero de repente una via ferrata atada a unas piedras inmensas; fue como una señal de vida y luego las montañas se empezaron a abrir y sospeché que mi destino estaba cerca, y a pesar de que ya casi odiaba a mi amigo consejero, cuando vi el paisaje me reconcilié con él y con todo.
Por fin... había llegado! El lago de la Rosière. El sol radiante, el clima helado,  la calma que trasmitía el lago con sus montañas gigantes a los lados, la verdad que ese instante me pareció irrepetible. 
Me tardé exactamente dos horas en llegar y luego casi media hora más subiendo hasta Belvedere en Courchevel 1650. (que es 1650 msnm, o sea que subí más de 800 metros).
Lo más loco de todo es que creo que mañana voy a volver para saber cúal es el "camino corto"...

21 DEC Insólito!! Humildemente acepté que me había equivocado. (menos mal que la equivocada era yo, porque para que un argentino acepté un error...)
El tema era que había que atravesar el pueblo entero y seguir subiendo, tooodo el tiempo. Despues de mucho subiendo, cuando ya crees que estas nuevamente perdido es que aparece el segundo puente a la derecha. Se llama "Pont de la traverse" y ahi te dejas llevar por el camino, ves el supuesto parking que mencionó mi amigo, y das como una vuelta en U para seguir el camino subiendo. El resultado del segundo intento fue que tardé casi lo mismo, y otra vez odié a mi amigo y lo insulté en ausencia; y mil veces me pregunté qué hacia de nuevo ahi...pero al final volví a llegar y me volví a emocionar.
La verdad es que el paseo "safa". Considérenlo 





Les Moulins





Vista de Bozel desde la montaña



































Lago de la Rosière







domingo, 14 de diciembre de 2014

ANNECY

Parada perfecta!!! Annecy-le-Vieux es conocida por su lago. Mucha gente al igual que yo, la conoce hasta ahi. De hecho ya había estado hace unos quince años y para apreciar el famoso lago y sus paisajes, me alojé en una posada de montaña, pero... no bajé a la ciudad. 
Bueno, ayer fui. Un lugar inesperado para un almuerzo tardío en ruta hacia las montañas. Que sorpresa!! Una pequeña ciudad llena de gente en las callles con una cantidad de edificios medievales y calles empedradas entre las cuales pasa el rio Thiou y en el medio el Palacio de la Isla, un pequeño palacio del siglo XII,  que en la noche iluminan para mayor esplendor.
Hay muchos restaurantes entre los que escoger. Para terminar nuestra tarde de sorpresas, la Alcaldía tenía preparado un show de luces navideño sobre el edificio del Hotel de Ville. 
Las fotos dicen algo...





martes, 11 de noviembre de 2014

EL REGATEO: Una relación amor - odio




He pasado por etapas con esto del regateo, pero lo único importante a saber es que es inevitable. Es la forma de comercio por excelencia en los países árabes, Marruecos, Egipto, en Turquía, algunos mercados en Kenya y otros lugares del mundo…no puedes escapar porque siempre querrás comprar algo, usualmente una cosa que no necesitas.
Siempre, siempre los vendedores inflarán los precios para que así comience el juego del regateo. Para eso existe el té dulce que siempre ofrecen en las tiendas, para alargar el proceso.



Ante todo debes saber que el regateo no tiene barreras en el idioma. El vendedor siempre te entenderá, hables la lengua que hables, y a la vez hará que comprendas lo que quiere decirte. Primero te dan “el precio" y luego te preguntan que cuánto quieres pagar; tu debes ofrecer una cifra por debajo, pero nunca tu último precio. Así están por un rato. Yo siempre me hago una idea de lo que creo que vale el objeto que me quiero llevar y llego hasta ahí. El contrapunteo dura un rato, y al final el vendedor decide si te lo vende o no. Lo único importante es que si aceptas el precio, no te puedes echar para atrás. Si lo haces, el comerciante lo considera una ofensa y se molesta realmente. 



Al final pueden ocurrir dos cosas: una es que sientas que regateaste tanto que estas pagando menos de lo que vale y que el vendedor está perdiendo plata. Bueno, yo creo que eso es imposible y hay que resistir la tentación de ultima hora de darle un poquito más de los ofrecido; y lo segundo, es que no vaya bien el proceso del regateo y ya no quieras la cosa y te persigan intentando convencerte de comprar. Terminas agobiado y sin ganas de regresar a los mercados. 


TURISTA O VIAJERO


Cada vez que oigo a alguien expresarse despectivamente de una persona por ser un “turista”, me molesto. En general, siento que aquellos que se dicen “viajeros”  tienen cierta dosis de soberbia,  creen poseer la clave de como se conoce una ciudad.
Nada más falso! Cada persona entra en contacto con un lugar nuevo a su manera y todas las formas son válidas.
Como trabajé en una agencia de viajes varios años, tuve la oportunidad de conocer gente de ambos bandos…y a ambos respeté. Había que descubrirlos y así, ofrecerles el lado de la ciudad que ellos estaban buscando.
Quien los define? Cúal es el viajero y cúal el turista? 





Había mujeres que buscaban comprar hasta en domingo ya fuera en Nueva York o en Delhi. Otros sólo querían visitar las galerías de arte. Los terceros querían entrar en contacto con la gente, estos viajan más por tierra y les gusta merodear por las calles de la ciudad todo el día. Los hay sibaritas, a la cacería del mejor hotel o restaurant. También los que coleccionan sitios, este tipo de gente cuenta los sellos que acumula en su pasaporte. Otros odian el concreto y duermen bajo las estrellas así sea en Hyde Park.
Ninguno es mejor que el otro y cada uno se lleva su impresión: la que busca.

Si me preguntan en que me he decantado después de tantos años viajando, yo diría que como todo en la vida, en una persona que busca el equilibrio, que busca absorber un poco de todo y simplemente disfrutar el regalo de la vida que es viajar, para al final llenarte de recuerdos y vivencias que a su vez viajaran con uno hasta el final y que te definirán como persona el resto de tu vida.

sábado, 8 de noviembre de 2014

SANTIAGO



Un bello paisaje, una hermosa jornada, un libro selecto... ¿Qué más necesitas para ser feliz? El sol resplandece por dentro
Gabriela Mistral

Santiago es una ciudad seria. Es muy linda la cordillera, pero hay mucho smog así que a veces se torna borrosa. Todo funciona bien; y ni se diga los chilenos, son amabilísimos, atentos, pero no se, algo falta, ambiente quizás…
 
ALGO DE TURISMO
 
Paseo Peatonal Ahumada que es en el centro, el Mercado Central que me encantó y la casa La Chascona de la Fundación Neruda que me fascinó. Para mi, esa visita fue el highlight del viaje. Por supuesto que como todo gran ciudad tiene sus museos.  Existen cerca de 40 galerías de arte y 30 museos de variados estilos para ser visitados. También sus muchos parques son agradables para caminar y pasar alguna tarde.







De Santiago puedes ir a Viña del Mar y a Valparaiso. Son como 100 kms por autopista, pasando por viñedos. En menos de dos horas estas en la costa chilena al Mar Pacifico. A mi personalmente no me pareció nada del otro mundo y la verdad no es un sitio al que tenga planeado volver. Geográficamente es muy atractiva la ubicación de ambas ciudades pero están repletas de concreto con edificios de apartamentos  cubriendo toda la costa. Puedo estarme equivocando y me encantaría que me corrigieran, pero hasta los momentos siento así. De todo me gustó muchisimo el Museo Fonck donde hay una buena colección de objetos de diversas culturas de Chile y en el jardin hay
un autentico "Moai", de Isla de Pascua, que junto a los exhibidos en el Museo Británico de Londres, son los únicos existentes fuera de la isla. http://www.museofonck.cl/menu.html





Finalmente, sus estaciones de esquí: Valle Nevado, La Parva y El Colorado completan la apuesta para hacer de esta ciudad un destino muy completo, pero al igual que las playas, ninguna de estas estaciones me conquistó. No serían mi primera elección de ir al sur a esquiar, pero le dedicaré su tiempo otro día.





HOTELES
Me he quedado en 4 hoteles desde el último año, así que estoy bastante actualizada.

Los tres primeros cuestan entre $230 y $330 la noche según la época. Hay promociones por estadía de más de una noche y ese tipo de cosas.

1- THE AUBREY BOUTIQUE HOTEL es como un tesorito escondido en Bellavista. Es una antigua casa colonial espectacular convertida a hotel. El desayuno es muy bueno. El bar excelente y si vas en época de usar la piscina todavía más agradable tomarte un trago ahí. Lo único que no me gustó mucho, es la ubicación. Queda en pleno centro al lado del Museo Neruda y debajo de zoológico. Pero no es muy linda. Hay talleres mecánicos, y locales no muy lindos. Otra cosa que no me gustó es que los cuartos cuestan lo mismo y hay mejores y peores dentro de la misma categoría. Nosotros teníamos cuatro cuartos y todos fueron diferentes. Algunos salieron peor que otros. El nuestro fue sin duda el mejor ubicado en la casa principal y muy amplio y agradable, pero otros fueron solo normales. www.theaubrey.com/

2- GRAND HYATT Típico hotel de esta cadena, de unos 30 pisos con ascensor de esos descubiertos que dan hasta vértigo. Cuartos impecables y con linda vista a las montañas, que es lo único que le da carácter al hotel ya que si no estas en cualquier ciudad del mundo. Desayuno tipo buffet, calidad Hyatt. No es barato, pero resultó menos costoso que el Aubrey. santiago.grand.hyatt.com/





3- NOI VITACURA Es una cadena chilena y eso me gustó. También me gustó la ubicación y la decoración del cuarto. Un baño con cuidadosos detalles, además de pantuflas y bata. Como el hotel no estaba lleno, nos dieron una habitación premium, muy amplia y con balcón privado. De todas maneras pedí ver la habitación standard que fue por la que pagué e igualmente me encantó, Me agradó la deferencia del hotel de darme un “upgrade” aún cuando había reservado a través de   un operador en la web. No desayuné ahí, así que no pude compararlo con los otros.
www.noihotels.com/ 

 

4- BEST WESTERN PREMIER MARINA LAS CONDES
Aceptan perros!! Creo que me cobraron US$ 20 por toda la estadía. Este hotel cuesta la mitad del precio que los otros. Está tan bien ubicado como los dos últimos. Tiene una piscina  temperada en el ultimo piso que sale al exterior. Los cuartos están muy bien, limpios, con accesorios de baño, desayuno bien completo. Ahora, es obvio que si cuesta la mitad es por algo. Así, las almohadas son un poco duras, la iluminación del baño no es la más moderna, tampoco las piezas de baño. Las toallas se perciben un poco más usadas de lo deseado…En fin, you get what you pay for…pero en todo caso, la diferencia puede pasar desapercibida. No dudaría en volver. Como siempre digo: es cuestión de presupuesto, pero si te tienes que adaptar, en este no vas a salir nada mal!! http://book.bestwestern.com/bestwestern/CL/Santiago-hotels/BEST-WESTERN-PREMIER-Marina-Las-Condes/Hotel-Overview.do?propertyCode=76068


RESTAURANTS
Comimos en varios lugares entre ellos en el Mall Parque Arauco, también por Bellavista en un lugar con musica en vivo y por Las Condes, pero los que nombro fueron los que más me llamaron la atención.

Cevicheria La Mar: Comida peruana. El mismo concepto del de Lima y Bogotá, lleno de gente y muy buena comida. Aqui los piscos tienen toque chileno. Es costoso

Mercado Central: es un lugar totalmente informal y creo que infaltable en una visita a Santiago. Hay pequeños restaurantes que principalmente de pescados y mariscos.

Ichiban: sushi preparado con esmero en casa de dos pisos y además con terraza en el verano.
 

La Biferia: carnes. Carne preparada justo al punto que la pedimos. Buena carta de vinos
 

Coquinaria: en el Hotel W. Es lo que ellos llaman un mercado gourmet. Puedes comprar productos gourmet tipo aceites de oliva, vinos, quesos, galletas y a la misma vez puedes ir a almorzar o comer,  alguno de sus menus fijos o a la carta. Es bastante informal pero con menu dirigido por una chef  de renombre.

miércoles, 15 de octubre de 2014

PATAGONIA INMENSA


Un volcán patagónico y un poeta dialogan en silencio. Pero el viento quizás escucha...

Hicimos esta travesía en dos partes y con un destino final, la ciudad de Ushuaia. Eso era todo lo que llevábamos escrito en nuestro cuaderno de viajes, manejar hasta llegar a Tierra del Fuego. Todo lo demás lo fuimos planificando en el momento o algunas horas antes.
 
PRIMER ETAPA:  LA PARVA, CHILE - BARILOCHE, ARGENTINA 

DIA 1

Las fechas nos fueron impuestas, teníamos compromisos antes, durante y después de nuestro viaje, así que nos adaptamos. Salimos un 30 de agosto.  

Nuestro punto de partida fue el pueblo de Farellones en las montañas nevadas de Santiago, a unos 2500 metros sobre el nivel del mar. Allí planificamos nuestra ruta para esa tarde de forma de poner un limite a las horas que manejaríamos al sur, y escogimos un lugar decente donde dormir, en vista de que el año pasado en un viaje similar, manejamos hasta que caímos dormidos frente a una estación de servicio en medio de la nada al norte de Mendoza. 
Lamentablemente cuando teníamos todo listo y el carro cargado nos recordaron la restricción del horario. “Autos solo en subida a la montaña” y por ello tendríamos que esperar un par de horas a que abrieran el camino en dirección a Santiago. 
Como consecuencia, una vez más, y como despedida oficial de lo que fue nuestro comedor, bar y cyber café oficial en los días que estuvimos en Farellones, almorzamos en El Montañés. Aunque no puedo negar que los pisco chilenos que nos servían nos encantaron,  fue su bife con papitas o la entraña, lo que nos atrajo cada día…bueno y también quizás la escasa oferta de lugares para comer. 


Total salimos en la tarde y con la carretera nevada, unos cuarenta kms hasta llegar a la ciudad por una carretera sinuosa que a veces marea. En Santiago nos movimos como pez en el agua. Hemos ido varias veces, así que llegamos a Las Condes, nos incorporamos a la Costanera Norte y en poco ya estábamos montados en la Carretera Panamericana, que también llaman Ruta 5, con rumbo a Victoria. La ciudad donde dormiríamos esa noche nos quedaba a unos 660 kms y sería el punto de cruce al este para seguir hacia Argentina la mañana siguiente.
Rancagua, Curicó, Talca, Chillán nombres familiares del viaje anterior que al igual que este hicimos en una camioneta Renault Kangoo que se portó impecable y que consumió poco del muy costoso combustible.  Hicimos una sola parada para reabastecernos  después de unas seis horas manejando y aprovechamos para comer; sabíamos que a la ciudad de Victoria llegaríamos tarde.


La cena no le hizo honor a la comida chilena aunque nos la vendieron como la mejor. Comimos una “plateada” que le gustó más al perro que buscaba nuestra atención desde afuera, que a nosotros, así que nos redondeamos el apetito con algunas chucherías y refrescos, y seguimos nuestro camino.
Todavía faltaban varias horas hasta llegar a Victoria, que mas que una ciudad parece un pueblo, pero con evidencias claras de buena planificación urbana colonial, con sus calles alrededor de la Plaza de Armas en el centro; y diagonal a esta, encontramos nuestro hotel por unas horas: Royal Victoria. No muy barato barato, pero si muy limpio y bien atendido y con excelente internet!! 

DIA 2

A las siete de la mañana en punto estábamos sentados desayunando. 
Hay algo extraño con los viajes por tierra…dan un apetito voraz. Siempre, siempre teníamos hambre. Detenernos a comer fue imperdonable. 
Arrancamos disfrutando de un día espectacular y pronto nos alejamos de la carretera panamericana para adentrarnos en la más estrecha Ruta CH-181 que nos va regalando un paisaje como pocos: los volcanes nevados de la región de la Araucania. Indescriptible las vistas! Los volcanes nos hacen evocar recuerdos de infancia. Aquellas fotos en los textos escolares donde aparecían montañas triangulares con los picos nevados.  
Los volcanes nos dan vueltas alrededor de la ruta. Lonquimay y Tolhuaca junto a bosques de  centenarias araucarias posan para nuestras cámaras. 







Después de pasar el Túnel Las Raices (el segundo más largo de Suramérica) y sin darnos cuenta estamos en el paso internacional Pino Hachado, primero de muchos encuentros con  autoridades fronterizas. Cruzamos sin mayor problemas, y estamos en Argentina.
Como veníamos relajados porque nos parecía que dominábamos 600 kms fácil, decidimos desviarnos en la ruta y hacer los lagos argentinos. 


Primero recorrimos parte de la estepa, esa gran extensión argentina de carreteras eternas, y nada alrededor salvo un viento que casi nos mueve el carro, fueron unos 250 kms al sur sin cansarnos, y siempre distraídos. En realidad parte de este trayecto lo pasé en el cómodo asiento de atrás y entregada a Morfeo. Nada despreciable tomando en cuenta que cuando despertaba veía el paisaje de arriba, el de un cielo azul con unas nubes distintas, nuevas para mi. Terminas por apreciar cada cosa que te llega a los ojos. De todas maneras al entrar en territorio lacustre, me incorporo para disfrutar este cambio de paisaje.
Ramon se conoce esta zona como la palma de su mano así que vamos felices de saber que a pesar de que alejamos nuestra llegada a Bariloche, llegaremos al destino en el momento justo.


A pesar de haber estado unas cinco veces antes en Bariloche, nunca nos habíamos aventurado al paseo de “los siete lagos”. Llegamos por Junin de los Andes recorriendo unos 100 kms por la Ruta 40 que va bordeando los lagos. Oficialmente son 7. Lácar, Machónico, Falkner, Villarino, Espejo, Correntoso y Escondido. Decidimos irnos deteniendo en cada uno de ellos y apreciarlos fuera del carro. Eso si, por la época, fue imposible meternos en el agua. 




Los lagos es algo que te deja sin palabras. Son cristalinos y cuando están tranquilos reflejan las montañas que los rodean con su vegetación llena de coihues. Es dificil escoger cual es el lago más lindo y difícil recordar los nombres y cada detalle, creo que la belleza del paisaje me nubló la inteligencia y así, fracasé en cada test que me hicieron para ver si recordaba detalles del camino. Decidimos parar en San Martin de los Andes, un pueblo pintoresco que me encanta. Es como para quedarnos y pasar el resto del día y noche ahí, pero sólo paramos para almorzar en Pizza Cala. Un buen descanso de tanto manejar. Cuando ya nos encontramos de frente con el que a veces llaman el octavo lago, el Nahuel Huapi, se asoman las luces de Bariloche y con ellas la llegada a Arelauquen Bungalows, donde nos quedamos por varíos días justo frente al Lago Gutierrez.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

BOGOTA A DIEZ MINUTOS




 La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda, y cómo la recuerda para contarla.
Gabriel García Marquez



Diez minutos para un cambio, porque aun cuando la ciudad pudiera tener un parecido con Caracas, (tiene un mini Ávila que lo protege por el Este y que en realidad es parte de la cordillera Oriental de los Andes),  el clima es distinto; es más frío; la temperatura varía entre 8 y 20 grados, además está a más de 1600 metros sobre el nivel del mar, así que mucha gente sufre alguna manifestación del mal de altura apenas se baja del avión.
 
Conseguir boleto aéreo no es tan sencillo y más en estos tiempos, pero finalmente logré confirmación en Avianca, (también Copa vuela directo), que salió a tiempo para hacer la travesía de una hora y treinta minutos que es en realidad lo que nos separa de la capital neogranadina.
Llegué al Hotel Cité por recomendación de una amiga.  Un hotel muy bien ubicado, tipo boutique, que atiende una clientela más bien de negocios; un poco como todos lo de esa categoría, porque visité el Morrison y el  Charleston, e igualmente me pareció que tenían ambiente de trabajo. Todos estos están ubicados en la Zona Rosa.

El hotel da a un parque que se llama Parque El Virrey hacia donde miran todas habitaciones. Hay cuartos que están más alejados de la calle (Carrera 15) que son los más tranquilos.  Al otro lado del parque hay un café que te da la absoluta sensación de estar sentada en algún café en Madrid.

En Bogotá, las vías que van de Este a Oeste se llaman Calles y las que van de Norte a Sur se llaman Carreras, y luego están los números que las acompañan. Es supuestamente facilísimo para ubicarse y la verdad que parece organizado.

Necesitas un amigo que allá o a un bogotano de nacimiento, que te recomiende los lugares más nuevos o más de moda, y así aprovechar mejor el tiempo, porque Bogotá tiene excelentes restaurantes y es muy agradable para andar a pie y de esa manera te rinde más el tiempo. Sin duda pienso que tener un amigo en  cualquier ciudad del mundo que visites es un privilegio.

En cuanto a la parte turística, es esencial visitar el Centro Histórico. Se llega en taxi y después lo recorres a pie. Me quedé frente al Museo de Botero que literalmente es de él. Exhibe algunas de sus obras y además tiene parte de su colección personal que es sorprendentemente valiosa. Al lado queda el Museo de Arte del Banco de la República y también La Casa de la Moneda. Luego el mismo taxi nos acercó al Museo del Oro. Visita infaltable. Esta muy, muy bien montado. Tiene una buena muestra de piezas extraordinarias, celosamente cuidadas por unas puertas de bóveda que se ven indestructibles. Al salir caminas por calles peatonales hasta llegar a la Plaza de Bolívar con la Catedral de Bogotá a un lado.

Me faltó subir en el teleférico a Monserrate. La vista panorámica desde la terraza del hotel me relevó del  ascenso y la cola.

Al terminar mi recorrido cultural, regresé a la Zona Rosa a almorzar. No me equivoqué al seguir recomendaciones. Di Lucca estuvo delicioso. Un restaurante italiano con una terraza sobre la calle de la que solo lo separan unos vidrios, así que uno está expuesto a ser visto en cualquier momento. Sugiero escoger bien con quien te sientas a comer, ya que obviamente estarás a riesgo de cualquier chisme. En la noche comimos peruano en Rafael. Excelente ambiente y menú!

En Bogotá hay muchos restaurantes y tuve poco tiempo para disfrutarlos, aunque  creo que  cuatro noches le rinde algo de honor a la ciudad de Nariño, así que deberás elegir de la larga lista de los “buenísimos” que hay.

Como para no ceder al cansancio,  en la noche nos aventuramos a la “Zona T”, que son dos calles peatonales que se intersectan formando la letra que le da el nombre.  Hicimos un tour de bares, del cual me llevé una amnesia temporal quizás provocada por una mezcla entre la altura de la ciudad y la degustación de aguardientes,  y que me impidió llevarme los nombres de los lugares visitados, pero no dudaría en decir que descubran la zona por ustedes mismos.

La mañana siguiente estábamos un poco golpeados por los excesos, así que la dedicamos a turistear; llegamos en taxi hasta lo  más alto, el Parque del Museo del Chicó, y de ahí fuimos comenzamos a bajar. Pasamos por el Centro Comercial Andino, la calle de los anticuarios y finalmente en el  Parque de la 93,  rodeado de restaurantes por sus cuatros lados y en el que me cuentan que hacen noches de cine con una pantalla gigante y la gente lleva sus cojines y disfruta de películas para luego cenar algo en los lugares que de alrededor. Descansamos en Gato Negro, y aprovechamos para probar los recomendados jugos de lulo y de mandarina, y eso nos abrió el apetito para luego subir a almorzar al Club Colombia. Un casona muy agradable y llena de gente con dos terrazas a los lados. Quería comerme un ajiaco, la sopa típica bogotana, pero sucumbimos a los chicharrones y las empanaditas. Cuando llegó el plato principal, todos esperábamos el postre. Una noche más en la que la cena se veía lejos. Aún así esa noche subimos a Usaquén, una zona de Bogotá que se me pareció a El Hatillo. Casi nos congelamos en el paseo. La temperatura no pasó los diez grados. Llegamos a nuestro punto de encuentro: Cevichería La Mar, de los dueños del famoso restaurant del mismo nombre en Lima pero que se le va largo por delante. Muy moderno, de techos altísimos, floreros alargados con impecables arreglos de flores blancas como el resto de la decoración. La comida excepcional. Langostas, langostinos gigantes y por supuesto sushi preparado de forma exquisita y con los mejores ingredientes del lejano mar.

También almorzamos en Bandido, me gustó el ambiente local, para nada turístico, para comer relajado en la terraza climatizada con los faroles esos inmensos que generan calor. Buena carta de vinos franceses y comida con esa inclinación. En la noche: Zona T. Dónde? Donde sea, caminamos entre tiendas y bares. Muchísima onda y todo muy vanguardista.

Nuestro último día en Bogotá, cayó domingo, y aunque el chofer desaconsejó salir de la ciudad por el tráfico, decidimos alejarnos una hora hasta Zipaquirá a conocer la Catedral de Sal. Sorprendente, algo que no visto en ninguno de los lugares que he visitado antes. Me encantó la iluminación que había en el oscuro lugar, que llega a estar hasta doscientos metros bajo tierra. Valió la pena el trafico, en especial por la zona del cementerio.

Cuando la gente del pueblo intente convencerlos de almorzar en alguno de los restaurantes del lugar, no se dejen. Tienen que ir a Andrés Carne de Res. Había oído mucho de Andrés antes de conocer Bogotá y decían tanto que dudé si ir. Me sonaba tan turístico, pero nooo estaba equivocada, es buenísimo y de hecho el domingo no es el mejor día y, atención:  abre solo de jueves a domingo, por lo menos el que queda en Chía, el original. La comida es riquísima, todo, absolutamente todo estuvo delicioso, pero nos sugirieron que pidiéramos lomo al trapo y no nos defraudó para nada. Lo sorprendente es que el lugar alberga como dos mil personas. Eso si, hay que ir para divertirse. Cero abstemios.

Finalmente, no puede terminar sin decir que Bogotá me pareció caro. Sorprendentemente costosos los restaurantes, así como las tiendas; la ropa de diseñadores locales tipo Pepa Pombo, Bettina Spitz, Bendita Seas y los centros comerciales Andino y El Retiro, que son una muestra de lo más sofisticado en tiendas locales e internacionales tienen precios altos. Busqué con desespero una tienda de souvenires. Tenía que regresar con algún recuerdo de allá, pero no encontré nada. Tardé averigüe que existe el Market, una enorme tienda de artesanías y cosas tradicionales de Colombia. Tendré entonces que volver para comprar esos detalles que me faltaron.

Ni pensarlo, me vuelven a proponer un viajecito a Bogotá y ni lo dudo…en diez minutos estoy allá.